A los funcionarios públicos, y algunos privados A los funcionarios públicos de los ministerios, a las secretarías que recurrentemente toman café, a las chicas de atención al cliente, que en vez de atender a la gente, se toman selfies, a los cajeros del banco que desaparecen cuando hay más clientes, en fin, a todos esos empleados que procuran la pérdida de nuestro valioso tiempo, que los santos lloran como diría mi abuela, les vengo a dar las gracias, porque el tiempo que me han dejado en espera no ha sido en vano, por extraño que parezca, Dios me dio la gracia de la inspiración en los momentos y lugares más absurdos, por eso no requiero un hermoso paisaje ni un sofá en un rincón tranquilo, pues puedo escribir en cualquier esquina, en cualquier silla de banco o larga fila.
¡Muchas gracias a todos esos incompetentes! por cada: ¡Debe hacer la fila! ¡Tiene que tener paciencia! ¡Le faltó aquello! ¡No puedo ayudarlo! También, por cada taza de café tomada en horas laborables, y no compartida con el prójimo, y por cada chisme de pasillo con los compañeritos del trabajo. Pero por sobre todo, por las miradas de reojo llenas de desprecio dirigidas a la multitud que aguarda. ¡Muchas gracias por su esmerada atención!
Me preguntó ¿quién será el brillante ejecutor de tan magnífica proeza? De otorgar el poder funcionarios mezquinos. Parece como si los escogieran con gran precisión para cumplir su función, y para ello, forman roscas de amigos y familiares ineptos. Muchas gracias a todos esos excelsos funcionarios que me brindan espacios de ocio para escribir mis cuentos.
Les doy las gracias sinceras por su creciente ineptitud, cordial atención e indolente labor, porque ella le da cimientos a mi arte. Me brindan temas que escudriñar. Cada minuto de su ineficiencia, es una palabra en mis escritos, que sumadas a las largas horas de espera, construyen un vasto relato. En este, son ustedes los protagonistas, pero no siempre es así, esas filas, a veces me transportan a vastos desiertos, universos desconocidos o ciudades cosmopolitas, donde los personajes entretejen unas historias interesantísimas, alejadas de sus gritos humillantes, banquetas incomodas y salones llenos de personas.
Sin embargo, alzo mi voz por los ciudadanos que no se dedican a escribir como yo, les comunicó que no venimos a importunarlos, ni mucho menos a hacerles visita, si estamos allí, es por alguna necesidad urgente. Pero ustedes indulgentes, como si el vidrio que separa la taquilla con el área de espera, marcara alguna distinción especial, como si el gafete que cuelga de sus chaquetas les permitiera abusar y menospreciar a la gente, se dedican a a hacer lo que mejor saben, vaguear, pero les recuerdo que, su ineptitud los puede conducir tarde o temprano al abismo, porque nadie es indispensable. Hoy están en la taquilla, pero tal vez mañana aguardaran junto al resto de los mortales. (DAYANA BENAVIDES) #ElTiempoDeDiosEsPerfecto #eltiempoesarte #eltiempovuela #FuncionariosPúblicos #funcionarios #escritora
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